Ésta debería ser la madre de las explicaciones de toda la enmarañada trama que se empezará a desenredar para ti. Éste texto debería ser francamente un astrolabio, un arriba cardinal hacia donde mirar cuando simplemente los espejos se rompan porque no soportan más las cosas muertas. Ahora debo escribirlo.. no soporto tanta presión

lunes, mayo 21

Carta a mañana

Ese es el problema, el reduccionismo, el simplismo... meter marejadas (en apariencia) infinitas y trascendentes en una caja de fósforos y (tratar de) ponerla a la venta.

Como siempre (como nunca) lo que está entre paréntesis es completamente prescindible, la categorización absoluta, castración de lo que es (o debiera ser) real. Uno a uno los miles de pequeños e infinitos pelos: El pelaje. Una a una las mil y una hojas y la infinita trama que las une en proporciones oscuras otrora inimaginables: El árbol. Uno a uno los quinientos detalles, ideas, ecuaciones, instrucciones, aliteraciones, construcciones, iteraciones: YO (y nadie más que yo).

Abandono instintivo, desapego que es (casi) una buena práctica: es seguro.

Cuando leo lo que escribí hace cinco años lo encuentro vacío de pelos y lleno de pelaje, vacío de hojas y lleno de un árbol. Mañana leeré lo que hoy escribo (en una esperanza de continuidad de los segundos, los minutos, los años [si es que existe algo que pueda llamarse así {y eso es todavía más prescindible}]) y lo encontraré lleno de pelaje, lleno de árbol... De no ser así, es seguro, terminaría con mi vida (con mi vida).

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