Se llega a gatas, con los codos sangrando, se llega con heridas salinas que escocen en los pies.
Se llega apenas y se arrima en un último esfuerzo al mástil, y comienza a izar la bandera que se muestra flameando por sobre su cabeza, blanca como solo rendirse.
Se baja el telón y el público estalla en aplausos... sin saber bien porque.
The rest is silence
No hay comentarios:
Publicar un comentario