Fui gato que se esconde de los últimos arañazos del invierno; fui tres veces agosto.
Soy la tímida confianza, como el sol tibio que vuelve con caricias suaves: a reconquistarnos, a invitarnos denuevo a su danza ignea y fulgorosa... con paciencia, con ternura.
Fui la lucha entre el verde y el gris; la sepultura del silencio: fui tres veces agosto.
Fui, a fines de agosto, como un clarín que anunció la llegada de la primavera, fui la antesala de la fertilidad, de los aromas; de la inauguración.
Misterio, desliz felino; con divertimentos tan lúdicos que sirven para contar a gusto los soles y las lunas de agosto. Fui gato en su salsa, feliz en agosto.
Fui luz que vuelve de un viaje ingrato. Volví como se vuelve siempre: ausente, lleno de vida como semilla verde, viejo como el sol.
Y así, clarín, gato y lucero, soy tres veces agosto y sellé para siempre mi pacto con el centro de mis días; encarné con gratitud filial las sombras y las luces de este mes que se esconde.
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3 comentarios:
Todo es tan augusto en agosto que me late que es una maravillosa convención sociohormonal. Como sea, sentirse en los techos es agradable -aun en este invierno tan cagón-, además, me molestaba la infertilidad de estos lares.
Si fuiste o no, me vale madre. Lo importante es que estés en un ahora. Diré, eso sí, que fuiste hiriente hoy. Yo fui el que te respondió agresivamente. Yo fui el que te comenté. Pero debo reconocer que tú fuiste el que me saludó afectuosamente y eso perdona todo lo que nunca debimos ser y abre un portal para todo lo que somos y algún día, seremos.
Un abrazo, maldito idiota.
Sueldo mínimo, qué acaso la minería no te da tiempo para deleitarnos?
Sube la entrada del mes antes de que se acabe :)
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