Ésta debería ser la madre de las explicaciones de toda la enmarañada trama que se empezará a desenredar para ti. Éste texto debería ser francamente un astrolabio, un arriba cardinal hacia donde mirar cuando simplemente los espejos se rompan porque no soportan más las cosas muertas. Ahora debo escribirlo.. no soporto tanta presión

lunes, septiembre 28

Noúgrafo

(Que valga como excusa, exordio o sinopsis: este es el resultado de una jornada de pesca involuntaria. O es, más bien, una antología de soliloquios matinales)

De entre las muchas reelaboraciones posibles, a mí me gusta pensar en los lugares de posibilidad de las cosas.

No me mueve el deseo natural de saber (saber, deseo, naturaleza: cuánta agua bajo el puente) sino el mito de la profundidad. Busco incansablemente los cimientos sobre los que reposan las palabras y las miradas y los pasos --se corresponde maravillosamente con un nuevo tópico que actualmente me ocupa: las cosas que no se dicen.

Parado en el mito de la profundidad (y el mito es el lugar de posibilidad de estos poemas) pienso en el fragmento invernal de la obra de Julio Florencio: Algunos capítulos lamentables de Rayuela, como la muerte del pobre nene o el paseo parvulario con la pianista; quizás los cuentos de "Las armas secretas". Todas esas ficciones son posibles --me digo-- desde una mañana fria como la de hoy: lumínica, grisácea, como un brote tímido, como las ganas de un abrazo que se intuye. Una caminata como esta pudo ser la matriz de aquellos árboles negros que se asemejaban tanto, en conjunto, a la incompletitud.

Los lugares de posibilidad, los sustratos, el suelo fértil. Borges buscó alguna vez el subsuelo de Don Quijote y yo creo que lo halló, de forma admirable. Pero bueno, vamos a otra cosa: los titulares, la fiesta que se inaugurará mañana cuando haya sol y otras cosas redondas. Basta con la biblística blablásica.

Hoy, en una ruta nueva, pienso en los lugares de posibilidad de un momento ético (ampliamente entendido pero eso requeriría dos besos sintéticos una mirada honesta y un gesto, todo en un silencio confidente). Juguemos a la dialéctica: presencia, lejos, caliente, mentira, prima vera, necrónomos, ver, soledad.

Sí;
porque el lugar de posibilidad de la distancia es la soledad y la soledad es un poco así:
como un laberinto de espejos, todos velados.

3 comentarios:

Gonzalo Maruri V. dijo...

Asumo definitivamente que eres mi ideal del cómo escribir. Ese fluir tuyo es... es... excelente.

Un abrazo

PD: Ahora tú asume que por lo dicho anteriormente tu cuento me gustó (risas).

Muñoz dijo...

Di-ver-ti-men-top.

Parra dijo...

pa que avisai que escribiste, ah? XD. Está muy bueno, la dura, aunque tanto electivo matemático y wea ligica-mecánica ha mermado mi capacidad de comprensión lectora (debo admitir que tuve que leerlo más d euna vez). Cuidate harto, sigue produciendo, y que no te de la paja como a mi, que se me ocurren textos y nunca los tejo.

Cariñitos: parra