Ésta debería ser la madre de las explicaciones de toda la enmarañada trama que se empezará a desenredar para ti. Éste texto debería ser francamente un astrolabio, un arriba cardinal hacia donde mirar cuando simplemente los espejos se rompan porque no soportan más las cosas muertas. Ahora debo escribirlo.. no soporto tanta presión

domingo, septiembre 23

Caminando en mi zoológico

No hay jaulas en mi zoológico, eso es lo primero que les advierto a los que se aventuran a visitarlo. En mi zoológico hay metáforas que viven en piezas oscuras que simulan la noche, porque son animales nocturnos de colores rojos y siempre traicionan. En mi zoológico no estan enjauladas, sólo nos cuidamos bien. Y hay un niño en un banco tocando guitarra.

En mi zoológico hay trino de aves de plumas de todos los colores, y los trinos serán canción, y las aves emprenden vuelo, fugaces como solo es fugaz la ilusión. Son maravillosas las formas que dibujan las aves cuando vuelan en circulos, buscando rumbos desconocidos. Y hay un hombre en un banco tocando guitarra.

En mi zoológico no hay escaleras ni espejos, pero pareciera que todo habla innegablemente de mí (por eso a veces me averguenza mi zoológico, pero eso no es siempre, y cuando es, siempre es de noche, y salen de sus jaulas las metáforas).

En mi zoológico hay visitas, siempre hay visitas. El otro día vino Camilo, Camilo no viene muy seguido pero cuando viene llega para quedarse. A veces jugamos a las escondidas y a mi me toca contar y cuando salgo a buscarlo no lo encuentro en todo el día... y despues no lo busco más (es atareada la vida del dueño de un zoológico).

Tengo amigos que hacen visitas guiadas (para los visitantes desconfiados), y los paseos son entretenidos. Los llevan por mi zoológico y les muestran con cuidado todo; Nicanor nunca los lleva a ver las metáforas, pero Julio Florencio se atreve a veces. Mauricio hace los recorridos más largos.

En mi zoológico hay perros con el hocico lleno de sangre, pero son perros juguetones y traviesos, solamente hay que saber hacerles cariño. Son perros que no le tienen miedo a nada, excepto a las máquinas, pero no hay máquinas en mi zoológico, porque a todos nos dan miedo las máquinas. En mi zoológico no hay mentiras, en mi zoológico siempre es ahora, en mi zoológico siempre atardece, y hay un anciano en un banco tocando guitarra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me han dejado un gustillo dulce tus textos. Lo que más me gustó, y ya te lo hice saber, es la evolución del tipo que toca la guitarra.

Siempre me sorprendes...

Que la vida te cuides...


nos vemos...mañana.

Anónimo dijo...

En mi zoológico hay una jaula exclusiva para Federico o Friedrich, aunque le da lo mismo pues lo encuentra intrascendental (¿existe esa palabra culiá?), quedas invitado a verla y a tomarte un café con él en su Aurora.
Todo lo demás te lo comento mañana, o cuando te vea.
Que estés!

Unknown dijo...

Uff.. Dicci Diccilón Diccilambo ditirambo.
Ahora sí, ahora es momento de alabar, mediante este humilde mensaje, tus maravillosos textos que siempre son agradables de leer!
Tienes un Don Chiquillo. Eso diría mi abuelo si te leyera. Yo, te digo que me encanta como plasmas tus emociones y pensamientos, en creaciones que a todos ayudan, que a todos sirven.
Así es Rodrigo? el guitarrista casual, el que deja la pedalera en un colegio de trabajadores honestos, que son capaces de guardarla en espera de que llegue el dueño.
Eres una persona magnífica. No solo simpático y buen músico, sino que el talento verbal y la inteligencia también son virtudes que se agregan a tu persona.Gracias por mostrar una manera simple y agradable de vivir la vida, en la que muestras cómo vale la pena usar las maravillas que se nos presentan.
Lo prometo, iré a tu casa a elevar volantines.
Mucho éxito en todo!
y gracias nuevamente por tu forma de ser.
Con mucho cariño.
La manager casual

Anónimo dijo...

Yo nunca he sabido ver bm lo ke ai en el mio.. pero ai está..

Saludos^^