Viví un segundo de integración
de pronto fue Gabriel y Emilio,
Valparaiso, rincones,
la humedad del pasto en la mañana,
la mar cuando está variable.
Súbitamente fueron vocalizaciones
y un sonido ahogado entre segundos
reclamando la soberanía del tiempo
Tan amalgamado como discreto,
tan verdadero como persistente
tantas contradicciones fundadas en la sola unidad
mia.
Azorado por tanta honestidad, por aquella revelación
levanté los ojos y me enlacé como otras veces y como nunca:
Sobre los últimos pisos edificados, sobre las acrópolis soberbias
sobre aquellas construcciones, vivían tantas hojas del mismo árbol
moviéndose cada una con colores propios y en silencio.
Ésta debería ser la madre de las explicaciones de toda la enmarañada trama que se empezará a desenredar para ti. Éste texto debería ser francamente un astrolabio, un arriba cardinal hacia donde mirar cuando simplemente los espejos se rompan porque no soportan más las cosas muertas. Ahora debo escribirlo.. no soporto tanta presión
viernes, octubre 24
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3 comentarios:
Voy a pasear de nuevo por este...
Me recuerda que recordar es un pecado predilecto para ser condenado.
Gracias
tai pasao a cortazar :)
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