Ésta debería ser la madre de las explicaciones de toda la enmarañada trama que se empezará a desenredar para ti. Éste texto debería ser francamente un astrolabio, un arriba cardinal hacia donde mirar cuando simplemente los espejos se rompan porque no soportan más las cosas muertas. Ahora debo escribirlo.. no soporto tanta presión

miércoles, enero 21

Sobre los plazos

"Una vez salió un sembrador a sembrar"
Mc. 4

Como círculos concéntricos, estamos siempre inscritos en una infinidad de plazos.

Es así, vivimos inaugurando tiempos; caminamos fecundando las posibilidades orgánicas de un curso distinto.

Y decimos -¡ocupación cosmogónica!- "A todos y todas: Feliz Año 2009", así también decimos que nació Martín Urriola, quien como Jano encarnado vio la luz el primero de enero y que recorrerá su vida abriendo plazos a su vez: un día dirá también a sus hijos y los abrazará para celebrar años nuevos.

Perplejidad a la hora de la muerte: la autonomía de la vida y sus complejos mecanismos, su magia de códices ocultos nos traerá la clausura y el final.

Patrimonio del hombre es sembrar el tiempo, el tiempo de la vida, del amor, del tacto; el tiempo de sucesores heróicos que se encargarán de sembrar sembradores. La muerte es tarea del transcurso y de la noche, quede a la luz sólo lo que puede ser pronunciado, ilumínese todo comienzo.

4 comentarios:

Gonzalo Maruri V. dijo...

Vivir con la esperanza de morir.

Lo único que sé con certeza es que la muerte cambia y remece los plazos de los demás sembradores que quedan en el campo de la vida.

Un gusto leer(te).

Un abrazo fuerte

Gabriela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

El tiempo es inflexible... avanza a una velocidad constante de 60 minutos por hora, independientemente de lo que los humanos hagamos... es nuestro mayor y único patrimonio cuando nacemos... es como si en un banco se nos hubiese depositado la enorme cantidad de 2.680.000.000 segundos(dos mil seiscientos ochenta millones de segundos)para que los gastemos del modo que queramos durante los 85 años que nos quedan por delante... en algún momento será necesario hacer conciente el 'en que estoy "sembrando" o quiero "sembrar" este capital'... ¿estoy obteniendo una cosecha aceptable?...

¡Ah, y los plazos!... la indispensabilidad de convivir con otros, de fijar hitos para que se produzca la sinergia, la femenina tendencia a funcionar cíclicamente (como la naturaleza)... la necesidad de que el capital "tiempo" sea rentable para que el nuevo ciclo sea mejor que el anterior...

Los plazos no son más que la diferencia entre dos hitos de la escala tiempo que avanza inexorableblemente a una velocidad de 60 segundos por minuto, de 86.400 segundos por día...

Cíniko dijo...

La cosa está en vivirlo... Sino inaugurar y finiquitar no tendría algún sentido más allá de lo oblicuo. aunque en verdad nada tiene sentido alguno - pensándolo bien -